Las infecciones causadas por hongos en piel se denominan dermatofitosis o micosis cutáneas y son causadas, principalmente, por 3 hongos:
- Microsporun canis: Es uno de los más frecuentes y se transmite fácilmente al hombre.
- Microsporum gypseum: Se encuentra en el suelo. Este hongo causa lesiones en las zonas corporales que contactan con el suelo: las patas, cabeza, cara y la boca.
- Trichophyton mentagrophytes: Afecta más a perros que a gatos.
Para que esta enfermedad se manifieste se requieren 3 condiciones: predisposición individual genética, estado inmunológico del animal propicio al contagio y el contacto con el agente que la causa. Esta condición afecta con mayor frecuencia a animales jóvenes ya que tienen menor inmunidad, o a aquellos animales con una falta de exposición previa al agente. Se presenta con más frecuencia en climas cálidos y húmedos.
Las lesiones micóticas en los gatos aparecen, fundamentalmente, en la cabeza y en las extremidades. Afectan más a los gatos de pelo largo que a los de pelo corto.
Con estas enfermedades, los síntomas más habituales que se aprecian en el animal son los problemas cutáneos y la descamación, la alopecia focal o generalizada, morderse y rascarse la zona afectada y el lamido continuo del gato en las partes afectadas por el dermatofito. Estas conductas agravan la enfermedad, ya que la extienden a otras áreas del cuerpo que permanecían sanas. Otro tipo de manifestación son los denominados queriones: nódulos cutáneos que presentan fuerte dolor en la zona.
A diferencia del perro, las infecciones micóticas en los felinos pueden tomar diversas formas. El diagnóstico se confirma mediante pruebas de laboratorio para descartar otras enfermedades.
Diagnóstico
Hay diferentes formas de llegar a un diagnóstico exitoso en la detección de este tipo de dolencias:
- Lámpara de Wood: Es una lámpara que posee una luz especial que resalta la fluorescencia que emiten algunas especies de hongos.
- Examen microscópico: Observación con el microscopio las formas de reproducción y diseminación de los hongos como las esporas, conidios o hifas.
- Cultivo: De elección: Demora de 7 a 10 días.
Detección
Una vez detectada la micosis no solo debe tratarse al animal, sino que también se deberá complementar con un tratamiento ambiental. Si las lesiones son pequeñas y focalizadas podrán tratarse localmente, pero si las mismas son extensas y/o generalizadas se requerirá medicación sistémica. La misma deberá ser prescripta por el veterinario de cabecera de la familia. El tratamiento normalmente es prolongado (en algunos casos hasta 8 semanas) y debe ser monitoreado por el profesional actuante ya que estos medicamentos pueden tener efectos colaterales indeseables (muchos son hepatotóxicos o pueden provocar anorexia, vómitos y diarreas). No se debe suspender la medicación, aunque se observe una mejoría. Los corticoides utilizados para disminuir el prurito están contraindicados en las micosis, ya que disminuyen las defensas y empeoraría la enfermedad.
Prevención:
Para lograr una prevención exitosa de la micosis, el ambiente debe estar limpio y desinfectado, ya que las esporas de los hongos pueden sobrevivir en medios húmedos por varios años. Es necesario remover los pelos infectados del ambiente y lavar todos los objetos que han estado en contacto con el animal infectado.
Zoonosis – Contagio a humanos:
La dermatofitosis es una de las pocas enfermedades que los gatos pueden contagiar al hombre. El mayor riesgo lo tienen las personas inmunosuprimidas o con bajas defensas, como niños y ancianos. Es necesario tratar al animal con guantes y lavar las manos con povidona iodada. Asimismo, mantener la higiene y desinfección del ambiente son dos ítems fundamentales a tener en cuenta a la hora de tratar un felino con micosis. Te recomendamos que, ante cualquier consulta con respecto a tu salud, consultes con tu medico de cabecera.
Si notás alguno de los síntomas mencionados, consulta urgente con tu medico veterinario de confianza!