El dolor asociado a conductas repetitivas no deseadas

El dolor asociado a conductas repetitivas no deseadas

El dolor asociado a conductas repetitivas no deseadas

El dolor asociado a conductas repetitivas no deseadas 820 545 Vitalcan

Hoy nos vamos a concentrar en la relación que se establece entre el dolor y las conductas repetitivas no deseadas. Así podemos entender mejor a nuestras mascotas.

El dolor y conductas no deseadas

El desarrollo de alguna conducta repetitiva no deseada puede deberse a la presencia del dolor en mayor o menor medida. Esto puede darse directa o indirectamente.

Los casos en los que la conducta repetitiva es producto del dolor, son el exceso de acicalamiento en el gato o la dermatitis acral por lamido (DAL) en el perro, y ambas situaciones pueden deberse a un problema de dolor localizado.

Debido a la acción del lamido suave, se estimulan mecanorreceptores de dolor y se produce un efecto inhibitorio sobre el dolor. Así, como el lamido le alivia el dolor, el animal continúa con esta conducta una y otra vez.

En cambio, cuando la conducta repetitiva es disparada indirectamente, en su desarrollo intervienen varios factores:

Uno es la genética, heredada de la familia o de la raza en sí. Otro es el aprendizaje de algunas conductas reforzadas por su dueño y el último, que tiene un papel muy importante, es el ambiente, porque para que estas conductas se produzcan con frecuencia hace falta alguna situación que cause un estrés crónico en el animal. Este estrés es provocado generalmente por un conflicto que el animal no puede resolver y lo frustra. Así surgen conductas como perseguirse la cola o lamerse, que alivian el estrés por lo menos de forma parcial. Entonces, el animal tiende a repetir la conducta cuando se encuentra en situaciones similares.

¿Notaste alguna conducta repetitiva por dolor en tu amigo de cuatro patas? ¡No dudes en consultar con su veterinario de confianza!

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